Se estima que hasta el 40% de los adultos mayores de 30 años con diabetes tipo 1 podrían haberse diagnosticado erróneamente con diabetes tipo 2 (1). La diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 son enfermedades heterogéneas en las que la presentación clínica y la progresión de la enfermedad pueden variar considerablemente. Uno de los desafíos fundamentales con el diagnóstico erróneo de diabetes tipo 1 en adultos es la suposición de que un adulto con diabetes tendría diabetes tipo 2.