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Prevenir trombosis con anticoagulantes

Los anticoagulantes son medicamentos destinados a reducir la formación de coágulos sanguíneos. Actúan sobre la cascada de la coagulación (factores como Xa y IIa), disminuyendo la generación de fibrina y, con ello, el riesgo de trombos que pueden obstruir venas o arterias. Su uso adecuado previene trombosis venosa profunda (TVP), embolia pulmonar (EP) y complicaciones cardiovasculares mayores en contextos definidos por el riesgo clínico.

La terapia anticoagulante moderna incluye heparinas de bajo peso molecular (HBPM) administradas por vía subcutánea, anticoagulantes orales directos (ACOD/DOACs) y antagonistas de la vitamina K (AVK) por vía oral. La elección depende de la indicación, el perfil del paciente y el escenario asistencial (hospitalario o ambulatorio).

¿Para qué sirven los anticoagulantes?

Se indican para profilaxis y tratamiento de eventos tromboembólicos en situaciones de alto riesgo:

En cirugía ortopédica mayor (reemplazo de cadera o rodilla), el reposo y el trauma quirúrgico elevan el riesgo de TVP y EP; la profilaxis anticoagulante reduce eventos durante el postoperatorio y en las semanas posteriores.

En pacientes médicos inmovilizados por enfermedad aguda (insuficiencia cardiaca o respiratoria, infecciones graves, brotes reumatológicos), la anticoagulación profiláctica disminuye la formación de coágulos durante la hospitalización.

En tratamiento de TVP/EP ya establecida, los anticoagulantes evitan la extensión del coágulo y reducen recurrencias.

En síndrome coronario agudo y otros escenarios cardiovasculares, forman parte de estrategias combinadas para limitar trombosis intracoronaria, siempre bajo protocolos específicos y supervisión cardiológica.

En fibrilación auricular no valvular, los orales reducen el riesgo de ictus cardioembólico, cuando el puntaje de riesgo así lo justifica.

Beneficios clave de la anticoagulación actual

La farmacocinética predecible de HBPM y de muchos orales permite esquemas estandarizados y, en la mayoría de pacientes, sin monitorización de laboratorio rutinaria, a diferencia de la heparina no fraccionada o de los AVK (que sí requieren INR).

La vida media y la biodisponibilidad facilitan la administración una o dos veces al día en profilaxis o tratamiento, habilitando manejo ambulatorio en indicaciones seleccionadas.

El riesgo de trombocitopenia inducida por heparina es menor con HBPM frente a heparina no fraccionada, aunque sigue exigiendo vigilancia en periodos críticos.

Los anticoagulantes orales directos ofrecen alternativas vía oral con eficacia y seguridad demostradas en TVP/EP y fibrilación auricular, con menos interacciones alimentarias que los AVK.

Ingredientes y composición

Heparinas de bajo peso molecular (HBPM): cadenas cortas derivadas de heparina estándar con actividad anti-Xa predominante, formuladas en jeringas precargadas para administración subcutánea.

Heparina no fraccionada (HNF): cadenas heterogéneas con actividad anti-Xa y anti-IIa, uso principalmente intravenoso en hospital con monitorización estrecha.

Anticoagulantes orales directos (ACOD/DOACs):

Inhibidores de factor Xa por vía oral;

Inhibidor directo de trombina (IIa) por vía oral.

Antagonistas de la vitamina K (AVK): inhiben la síntesis de factores dependientes de vitamina K; requieren monitorización de INR, con objetivos habituales 2,0–3,0 según indicación.

Las presentaciones (jeringas, tabletas o cápsulas) y concentraciones varían entre moléculas; la selección y titulación se hace en función de la indicación, peso, función renal/hepática y riesgo de sangrado.

Modo de uso y dosis

La vía subcutánea es la ruta de elección para HBPM, con esquemas fijos en profilaxis y ajustados al peso en tratamiento (p. ej., en TVP/EP se emplean regímenes de una o dos dosis al día según pauta). La técnica de inyección incluye formar pliegue cutáneo, insertar la aguja perpendicularmente, alternar sitios de punción y no frotar tras la aplicación para minimizar hematomas.

Los orales directos se administran a dosis fijas definidas por la indicación (profilaxis postquirúrgica, tratamiento de TVP/EP, fibrilación auricular) y la función renal. Algunas moléculas pueden iniciarse sin fase parenteral, mientras que otras requieren puente corto con anticoagulante parenteral antes de continuar por vía oral. La adherencia a horarios es crítica para mantener el efecto

Los AVK requieren ajuste fino con INR seriado hasta estabilizar el rango terapéutico. Cambios en dieta, otros fármacos o enfermedades intercurrentes pueden alterar la respuesta, por lo que necesitan seguimiento periódico.

La duración del tratamiento varía: en TVP/EP, típicamente 3–6 meses en un primer evento, con prolongación si el riesgo persiste; en profilaxis postquirúrgica de ortopedia mayor, 2–5 semanas según procedimiento; en fibrilación auricular, duración indefinida mientras el riesgo supere el beneficio.

Precauciones y monitorización

Los anticoagulantes están contraindicados en sangrado activo o situaciones de alto riesgo hemorrágico (úlcera péptica activa, hemorragia intracraneal reciente, cirugía de alto riesgo sin ventana segura).

La insuficiencia renal exige ajuste de dosis o elección de molécula con mejor perfil en ese contexto; con HBPM y DOACs, la acumulación aumenta el riesgo de sangrado.

Con heparinas, monitorizar recuento plaquetario entre los días 5–14 para detectar trombocitopenia inducida por heparina; en escenarios especiales puede requerirse anti-Xa.

La anestesia espinal/epidural en pacientes anticoagulados conlleva riesgo de hematoma espinal y requiere intervalos estrictos entre dosis y procedimiento.

Los AVK interactúan con fármacos y alimentos; los DOACs pueden interaccionar con inhibidores/inductores de P-gp y CYP. La revisión de interacciones antes de iniciar o modificar tratamiento es obligatoria.

Preguntas frecuentes sobre anticoagulación

¿Duele la inyección subcutánea?

Puede generar molestia leve y pequeños hematomas. La técnica correcta (pliegue cutáneo, rotación de sitios, no frotar) mejora la tolerabilidad.

¿Qué hago si olvido una dosis?

Si lo recuerda pronto, tómela/aplíquela. Si está muy cerca de la siguiente administración, omita la olvidada. No duplique dosis. Con orales, mantenga horarios constantes; ante dudas, contacte a su equipo de salud.

¿Puedo viajar mientras estoy anticoagulado?

Sí. Lleve su esquema y prescripción, conserve jeringas/tabletas en equipaje de mano y, en vuelos largos, movilice piernas con frecuencia. No modifique dosis por su cuenta.

¿Es seguro hacer ejercicio?

La actividad moderada suele ser segura. Evite deportes de contacto o con alto riesgo de traumatismo. Adapte la actividad a su condición y reciba indicaciones de su médico.

¿Cuándo suspender antes de una cirugía o procedimiento dental?

Depende de la molécula, la dosis, la función renal y el riesgo del procedimiento. La suspensión se planifica con el médico; en algunos casos se requiere puente con parenterales.

Referencias:

  • Sarzi-Puttini P, Atzeni F, Lanata L, Bagnasco M. Efficacy of ketoprofen vs ibuprofen and diclofenac: a systematic review of the literature and meta-analysis. Clin Exp Rheumatol. 2013;31(5):731-8. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23739148/
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  • Mazières B. Topical ketoprofen patch in the treatment of tendinitis: a randomized, double blind, placebo controlled study. J Rheumatol. 2005;32(8):1563-70. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16078335/