Osteoartritis

La Osteoartritis (OA) es la forma de artritis más común y una de las principales causas de dolor articular, este dolor es de carácter persistente y puede mostrar otros síntomas relacionados como rigidez o pérdida gradual en la movilidad de las articulaciones.

La Osteoartritis es una enfermedad crónica, es decir, se trata de una enfermedad de larga duración y requiere una atención médica común y puede llegar a limitar las actividades de una persona en el día a día, si padeces alguno de estos síntomas, es normal que tengas preguntas, Campus Sanofi te ofrece una guía completa sobre la Osteoartritis dónde podrás consultar información sobre causas, síntomas, factores de riesgo, toda esta información es importante para un manejo adecuado de los síntomas.

Causas y síntomas de la osteoartritis

Para entender las causas y síntomas de la osteoartritis es importante comprender que se trata de un proceso en el que se origina un desgaste crónico del cartílago y no es un padecimiento que aparezca de la noche a la mañana y resulta una combinación de factores que deterioran la articulación y que desencadenan síntomas cómo:

Dolor articular: síntoma principal que empeora con la actividad física y mejora con el descanso, este síntoma puede aparecer después de realizar ejercicio o se ejerce presión sobre la articulación.
Rigidez: especialmente en la mañana, esta sensación de rigidez puede durar aproximadamente 30 minutos y mejora a medida que se realizan ejercicios de actividad leve que permita que la articulación se caliente.
Hinchazón: otro de los síntomas más frecuentes que provoca inflamación en los tejidos blancos cercanos a la articulación.

Estos síntomas son propiciados por una enfermedad degenerativa que empeora con el tiempo y que a menudo produce dolor crónico, llegar a ser un dolor de alta intensidad que dificulta las tareas diarias.

Además de los síntomas, también es importante mencionar que existen factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de padecer esta afección como edad avanzada, sexo, obesidad, tensión repetida en una zona concreta (prácticas como deporte o trabajo que someten las articulaciones a esfuerzos), padecer lesiones articulares previas y factores genéticos ya que, si existen antecedentes en tu familia, puedes tener mayor predisposición.

Diagnóstico de la osteoartritis

El diagnóstico de la osteoartritis se realiza mediante pruebas y exámenes médicos que consisten en pruebas por imágenes o análisis de laboratorio:

Pruebas por imágenes: el médico puede recomendarte radiografías mediante las que se pueden detectar estrechamientos del espacio entre los huesos de la articulación o bien imágenes por resonancia magnética (RM) para producir imágenes detalladas de los huesos y los tejidos blandos, incluido el cartílago.
Análisis de laboratorio: ya sean análisis de sangre o del líquido sinovial para extraer líquido de una articulación afectada y someter a exámenes que detecten inflamación.

Un diagnóstico temprano de la osteoartritis es crucial para retrasar la progresión de la enfermedad, controlar síntomas asociados como el dolor y la rigidez, mejorar la movilidad de las articulaciones y mantener una mejor calidad de vida, además puede tener otros beneficios como ralentización del daño articular, evitar tratamientos más invasivos como cirugías

Vivir con osteoartritis: terapias complementarias

Si bien la osteoartritis es una afección que no se puede curar, los síntomas si se pueden tratar y el tratamiento está focalizado en aliviar el dolor, mejorar la función articular y retrasar el progreso de la enfermedad, por lo general las terapias complementarias incluyen:

Establecer una rutina de ejercicios de bajo impacto que puede incluir caminar, nadar, montar en bicicleta, ejercicios aeróbicos, yoga o pilates ya que cuentan con beneficios cardiovasculares y ayudan a fortalecer los músculos sin forzar las articulaciones.
Control del peso: uno de los factores de riesgo es el sobrepeso y es que perder peso reduce el dolor y carga en las articulaciones, lo que puede retrasar la progresión de la enfermedad.
Equilibrio entre actividad física y descanso: tan importante es realizar ejercicios de bajo impacto como descansar ya que estos periodos de descanso ayudan a recuperación de los tejidos, además se recomienda evitar la inactividad prolongada.
Cuidar el descanso nocturno: durante la noche y el descanso los tejidos se reparan y reducen la inflamación articular que agrava la enfermedad, por ello debes tener una rutina de descanso adecuado.

Además de estas terapias para vivir con osteoartritis, existen otros consejos que puedes aplicar en el día a día como utilizar dispositivos que ayuden a la movilidad como bastones o andadores, tratar de evitar movimientos de alto impacto y repetitivos, aplicar terapias con frío y calor para reducir el dolor de las articulaciones.