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Trasplantes

Un trasplante es un procedimiento médico que reemplaza un órgano o tejido dañado por uno sano, proveniente de un donante vivo o fallecido. Este acto médico, profundamente humano, puede representar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas cada año. 

En Campus Sanofi, buscamos ofrecer información clara y confiable sobre el proceso de trasplante, sus cuidados y los retos que enfrentan los pacientes y sus familias, promoviendo la educación, la empatía y la esperanza en torno a la donación y la vida después del trasplante. 

¿Qué es un trasplante y cuándo se necesita? 

Un trasplante se indica cuando un órgano o tejido pierde su función de forma irreversible y no existen otras alternativas terapéuticas efectivas. El objetivo es restaurar la función vital del órgano afectado y mejorar la calidad y la expectativa de vida del paciente. 

Entre las principales causas que llevan a un trasplante se encuentran la insuficiencia renal crónica, la cirrosis hepática, la insuficiencia cardíaca avanzada, las enfermedades pulmonares terminales o las alteraciones hematológicas graves tratadas con trasplante de médula ósea. 

La decisión de trasplantar depende de criterios clínicos, pronósticos y éticos muy precisos, incluyendo la compatibilidad entre donante y receptor. 

A nivel mundial, los órganos más trasplantados son el riñón, hígado, corazón, pulmón y páncreas, mientras que los trasplantes de médula ósea y tejidos (como córnea, piel o hueso) tienen un papel esencial en la recuperación funcional y visual. 

Cada año, más de 130,000 trasplantes de órganos se realizan en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cifra que crece gracias al avance de la medicina y a la conciencia sobre la donación. 

Mitos comunes, como que “la donación altera la atención médica” o que “el trasplante cura todas las enfermedades”, son falsos. La donación se realiza únicamente bajo protocolos éticos estrictos, y el trasplante, aunque salva vidas, requiere un seguimiento médico permanente. 

Tipos y síntomas relacionados con los trasplantes 

Los trasplantes se clasifican según el tipo de órgano o tejido y el origen del donante. Los más frecuentes son: 

  • Trasplantes de órganos sólidos: incluyen riñón, hígado, corazón, pulmón y páncreas. Son procedimientos complejos que requieren inmunosupresión continua para evitar el rechazo. 
  • Trasplante de médula ósea o progenitores hematopoyéticos: utilizado para tratar leucemias, linfomas, aplasia medular y otros trastornos de la sangre. 
  • Trasplantes de tejidos: como córnea (para restaurar la visión), piel (en grandes quemados) o hueso (en reconstrucciones ortopédicas). 

Síntomas de alerta ante posible rechazo o complicaciones: 

  • Fiebre o malestar general. 
  • Dolor o sensibilidad en la zona del órgano trasplantado. 
  • Disminución de la función del órgano (por ejemplo, aumento de creatinina en trasplante renal o ictericia en trasplante hepático). 
  • Alteraciones en los valores de laboratorio o en la presión arterial. 

La detección temprana de estos signos permite intervenir de inmediato y evitar el rechazo o las infecciones graves. 

Diagnóstico y tratamiento en pacientes trasplantados 

El proceso de trasplante se divide en tres fases fundamentales: 

1. Evaluación pretrasplante: 

Incluye estudios para determinar la compatibilidad donante-receptor mediante tipificación HLAgrupo sanguíneo y pruebas cruzadas. También se evalúan las condiciones generales del paciente y la presencia de infecciones o comorbilidades. 

2. Fase quirúrgica y postoperatoria inmediata: 

El procedimiento se realiza en centros especializados. En las primeras semanas, el equipo médico controla el funcionamiento del órgano trasplantado y previene complicaciones infecciosas o hemorrágicas. 

3. Seguimiento postrasplante: 

Es una etapa crítica donde se monitoriza la aparición de rechazo agudo o crónico, evaluando signos clínicos, pruebas de imagen y biomarcadores. 

El tratamiento se basa en fármacos inmunosupresores que evitan que el sistema inmunitario ataque el órgano trasplantado. Los más utilizados son: 

  • Tacrolimus y ciclosporina, inhibidores de la calcineurina. 
  • Micofenolato mofetil y azatioprina, moduladores de la proliferación celular. 
  • Corticoides sistémicos, empleados en las fases iniciales y en episodios de rechazo. 

Dado que la inmunosupresión aumenta la susceptibilidad a infecciones, los pacientes deben realizar controles médicos periódicos, vacunarse con vacunas inactivadas y mantener una higiene rigurosa. 

Este seguimiento especializado, sostenido en el tiempo, es lo que asegura la confiabilidad, eficacia y seguridad del trasplante. 

Vivir después de un trasplante 

La vida después de un trasplante es una etapa de adaptación, aprendizaje y compromiso con la salud. Los cuidados diarios y la adherencia al tratamiento determinan el éxito a largo plazo. 

Recomendaciones fundamentales: 

  • Adherencia estricta al tratamiento inmunosupresor, respetando horarios y dosis. 
  • Dieta equilibrada y baja en sodio, control de peso y limitación del alcohol. 
  • Prevención de infecciones mediante vacunación actualizada y medidas de higiene. 
  • Actividad física progresiva, adaptada al estado clínico y con supervisión médica. 
  • Cuidado de la salud mental, abordando el estrés, la ansiedad o la depresión postoperatoria. 
  • Planificación familiar segura, con asesoría médica sobre anticoncepción y embarazo postrasplante. 
  • Asistencia en redes de apoyo, como grupos de pacientes trasplantados y programas de seguimiento hospitalario. 

En Campus Sanofi, promovemos una visión integral del trasplante: más allá del procedimiento quirúrgico, se trata de acompañar al paciente en un proceso continuo de recuperación, autocuidado y esperanza. 

Fuentes de referencia: 

https://www.kidney.org/kidney-topics/kidney-transplant