Los diferentes tipos de esclerosis múltiple
Cuando recibes un diagnóstico de esclerosis múltiple, probablemente escucharás términos como "recurrente-remitente" o "primaria progresiva". Estos no son simplemente clasificaciones médicas arbitrarias. Describen patrones fundamentalmente diferentes en la forma en que la enfermedad se manifiesta, y entender cuál tienes es crucial para tu tratamiento.
No todas las personas experimentan esta condición de la misma manera. Algunos viven con brotes ocasionales seguidos de largos períodos de estabilidad, mientras que otros enfrentan un empeoramiento más gradual desde el inicio. Estas diferencias reflejan distintos procesos biológicos clasificados en cuatro categorías principales.
Esclerosis múltiple recurrente-remitente: la forma más común
Aproximadamente el 85% de las personas comienzan con esta variante. La característica definitoria son los brotes: episodios claramente identificables donde nuevos síntomas aparecen o los existentes empeoran dramáticamente. Estos pueden durar días, semanas o meses.
Lo que distingue este tipo es lo que sucede después. Viene un período de remisión donde los síntomas mejoran parcial o completamente. Entre estos episodios, la enfermedad permanece relativamente estable sin progresión continua.
Los brotes varían enormemente. Algunas personas experimentan solo uno o dos en varios años, mientras que otras tienen varios anualmente. La recuperación también difiere: algunos recuperan completamente la función, otros quedan con déficits residuales que se acumulan con el tiempo.
Características distintivas:
- Brotes definidos seguidos de recuperación
- Períodos de estabilidad entre episodios
- Puede durar décadas o transitar a forma progresiva
- Responde mejor a terapias modificadoras
Los síntomas durante un brote dependen de qué área del sistema nervioso se inflama: pérdida de visión, debilidad en extremidades, problemas de equilibrio, o cualquier combinación de manifestaciones neurológicas.
El tratamiento se enfoca en prevenir brotes y mantener la calidad de vida. Las terapias modificadoras han demostrado reducir significativamente su frecuencia y retrasar la progresión.
Esclerosis múltiple secundaria progresiva: cuando el patrón cambia
Con el tiempo, aproximadamente la mitad de las personas con la forma recurrente-remitente desarrollan esta variante. El cambio es gradual y puede ser difícil de identificar inicialmente.
Los síntomas comienzan a empeorar de manera más constante, con o sin brotes ocasionales. Los períodos de remisión se vuelven menos pronunciados o desaparecen. La acumulación de discapacidad se vuelve más predecible y gradual en lugar de ocurrir principalmente durante brotes.
Esta transición típicamente sucede entre 10 y 20 años después del diagnóstico inicial, aunque varía considerablemente. Algunos nunca desarrollan esta forma, mientras que otros transitan más rápidamente.
Identificar esta transición es importante porque puede requerir ajustes terapéuticos. Las terapias efectivas durante la fase recurrente-remitente pueden ser menos beneficiosas aquí, donde los procesos neurodegenerativos predominan sobre la inflamación aguda.
Los síntomas en esta fase afectan particularmente la movilidad. La dificultad para caminar, el aumento de espasticidad y los problemas de equilibrio se vuelven más prominentes y persistentes.
Esclerosis múltiple primaria progresiva: progresión desde el inicio
Aproximadamente el 10-15% son diagnosticados con esta forma desde el principio. No hay brotes y remisiones claramente definidos. Desde el inicio, los síntomas empeoran gradualmente de manera constante.
Esta forma tiende a manifestarse más tarde, típicamente alrededor de los 40 años, comparado con los 20 o 30 años para la recurrente-remitente. También afecta a hombres y mujeres en proporciones más equitativas.
Los síntomas iniciales frecuentemente involucran las piernas y la movilidad. Las personas describen empeoramiento gradual de la capacidad para caminar, aumento de rigidez muscular, y dificultades de equilibrio que progresan constantemente.
El diagnóstico puede ser más desafiante porque la ausencia de brotes claros significa que no hay episodios agudos que lleven a buscar atención urgente. La progresión gradual puede atribuirse inicialmente a otras causas.
Las opciones de tratamiento para esta forma han sido históricamente más limitadas, aunque los avances recientes han ampliado las posibilidades disponibles.
Esclerosis múltiple progresiva recurrente: la menos frecuente
Esta variante rara afecta aproximadamente al 5% de las personas. Combina progresión constante con brotes agudos ocasionales. Desde el inicio, la enfermedad progresa continuamente, pero también hay exacerbaciones agudas.
Durante estas exacerbaciones puede haber recuperación parcial o completa, pero entre episodios la progresión continúa sin los períodos de estabilidad característicos de la forma recurrente-remitente.
Por qué importa conocer tu tipo
Esta clasificación tiene implicaciones prácticas directas. Las terapias modificadoras tienen diferentes niveles de eficacia según el tipo. Lo que funciona bien para prevenir brotes en la forma recurrente-remitente puede ser menos efectivo en formas progresivas.
El pronóstico también varía. La forma recurrente-remitente, especialmente con tratamiento temprano, puede permanecer estable durante décadas. Las formas progresivas tienden a acumular discapacidad de manera más predecible.
Conocer tu tipo te ayuda a planificar. Puedes anticipar qué síntomas son más probables, qué adaptaciones podrías necesitar, y cómo monitorear efectivamente tu condición.
Tu neurólogo determinará el tipo basándose en tu historia clínica y el patrón de síntomas a lo largo del tiempo. Las resonancias magnéticas seriadas ayudan mostrando nueva actividad inflamatoria versus cambios degenerativos. Las pruebas neurológicas regulares documentan cambios funcionales.
Es importante entender que el tipo puede evolucionar. La mayoría que eventualmente tiene esclerosis múltiple secundaria progresiva comenzó con la forma recurrente-remitente.
Preguntas frecuentes
¿Mi tipo puede cambiar?
Sí. La transición de recurrente-remitente a secundaria progresiva es común. Las terapias modificadoras pueden retrasar o prevenir esta transición.
¿Qué tipo tiene mejor pronóstico?
La forma recurrente-remitente generalmente tiene mejor pronóstico, especialmente con tratamiento temprano. Las formas progresivas tienden a acumular discapacidad más rápidamente, aunque esto varía entre individuos.
¿El tratamiento difiere entre tipos?
Sí. Las terapias disponibles y su eficacia varían según el tipo. Por esto es crucial un diagnóstico preciso.
Referencias
Lublin FD, Reingold SC. Defining the clinical course of multiple sclerosis. Neurology. 1996;46(4):907-911.
National Multiple Sclerosis Society. Types of MS. Disponible en: https://www.nationalmssociety.org
Compston A, Coles A. Multiple sclerosis. The Lancet. 2008;372(9648):1502-1517.