
Fiebre Amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda y hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término "amarilla" alude a la ictericia – coloración amarillenta de la piel - que presentan algunos pacientes. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.
Transmisión
El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus. Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).
Hay tres tipos de ciclos de transmisión:
- Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los monos, que son el principal reservorio del virus, son picados por mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros monos. Las personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de mosquitos infectados y contraer la enfermedad.
- Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisión, los mosquitos semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto a los monos como a los seres humanos. El aumento de los contactos entre las personas y los mosquitos infectados aumenta la transmisión y puede haber brotes simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de brote más frecuente en África.
- Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las personas infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra. El riesgo de transmisión de la fiebre amarilla en zonas urbanas puede reducirse eliminando los posibles lugares de cría de mosquitos y aplicando larvicidas a los contenedores de agua y a otros lugares donde haya aguas estancadas.
La vigilancia y el control de los vectores son componentes de la prevención y el control de las enfermedades de transmisión vectorial, especialmente para detener la transmisión en situaciones epidémicas. En el caso de la fiebre amarilla, la vigilancia de Aedes aegypti y otras especies de Aedes ayudará a saber dónde hay riesgo de brotes urbanos.
Ocasionalmente, quienes viajan a países donde la enfermedad es endémica pueden importarla a países donde no hay fiebre amarilla. Para evitar estos casos importados, muchos países exigen un certificado de vacunación antes de expedir visados, sobre todo cuando los viajeros proceden de zonas endémicas.
Entre enero de 2017 y diciembre de 2018, siete países y territorios de la región de las Américas han notificado casos de fiebre amarilla (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Surinam y Perú). En 2019, Brasil y Perú notificaron casos confirmados.
A partir de la reemergencia en la región Centro Oeste del país en 2014, Brasil experimentó los más grandes brotes de la historia de la fiebre amarilla silvestre en las temporadas 2016/2017 y 2017/2018, cuando se registraron más de 2 mil casos y más de 700 muertes. En la temporada 2018/2019 el virus comenzó a circular en el estado de Paraná (enero de 2019) y en Santa Catarina (marzo de 2019). Desde julio de 2019 a enero de 2020, se notificaron 428 casos humanos sospechosos de FA, de los cuales dos fueron confirmados: uno en julio de 2019 en el estado de Pará y uno en enero de 2020 en Santa Catarina, otros 71 casos permanecen en investigación.
Entre julio de 2019 y enero de 2020 se notificaron en Brasil 1277 epizootias por FA, de la cuales 46 se confirmaron por laboratorio. Todas las epizootias confirmadas correspondieron a las regiones Sur (41 en el estado de Paraná y dos en Santa Catarina) y 3 en el Sudeste (estado de São Paulo).
Dado que la fiebre amarilla suele ser mortal para las personas que no estén vacunadas, se recomienda la vacunación a todos los viajeros que vayan a visitar zonas donde exista riesgo de transmisión de la enfermedad.
En Brasil, los aumentos estacionales de fiebre amarilla suelen registrarse entre diciembre y mayo. Desde 2016 el número de casos fue aumentando, en parte debido a la propagación de la enfermedad a zonas que hasta entonces se consideraban seguras. La OMS recomienda vacunar a los viajeros internacionales mayores de nueve meses de edad que viajen al Brasil.
El hecho de que un país no exija la vacunación contra la fiebre amarilla no implica que no exista riesgo de transmisión de la enfermedad.
Síntomas
Una vez contraído el virus y pasado el período de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.
Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entra a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos, generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10 días.
Prevención
La vacunación es la medida preventiva más importante contra esta enfermedad. La vacuna es segura, muy eficaz y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida. La vacuna se debe administrar al menos 10 días antes de entrar a una zona endémica para lograr inmunidad protectora. No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla.
Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
Se recomienda la inmunización a personas que viajen, estén de paso o vivan en un zona endémica; que viajen a cualquier país que requiera un Certificado Internacional de Vacunación para entrar (el cual puede o no depender del itinerario previo); que manejan materiales potencialmente infecciosos como por ejemplo personal de laboratorio, a partir de los 9 meses de edad.
La vacuna es la mejor protección frente a la enfermedad de fiebre amarilla. Viajeros a áreas de riesgo de fiebre amarilla deben también prevenir las picaduras de mosquitos.
Se recomiendan medidas preventivas personales como:
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Usar repelente de insectos.
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Usar camisas de manga larga y pantalones largos si va a estar al aire libre.
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Dormir en una habitación con aire acondicionado o bien protegida con mallas en puertas y ventanas, o debajo de un mosquitero tratado con un insecticida.
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Cubrir cunas, cochecitos y portabebés con un mosquitero para proteger al bebé o niño.
La vacunación contra la fiebre amarilla se realiza por dos motivos: para proteger al individuo en regiones donde hay riesgo de infección por fiebre amarilla; y también para proteger a países vulnerables de la importación de virus de la fiebre amarilla.
Referencias:
http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/yellow-fever
https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=14945:paho-reminds-international-travelers-to-be-vaccinated-before-traveling-to-areas-with-yellow-fever&Itemid=1926&lang=es
https://www.argentina.gob.ar/fiebreamarilla/zonas-de-riesgo
https://www.who.int/csr/don/18-april-2019-yellow-fever-brazil/es/
https://www.who.int/ith/ITH2017-CountryList-sp.pdf?ua=1
https://www.cdc.gov/spanish/especialescdc/fiebre-amarilla/index.html
http://www.anmat.gov.ar/boletin_anmat/junio_2013/Dispo_3775-13.pdf